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Mirjam Hunze: la holandesa que busca sus or铆genes chilenos
Mirjam Hunze creci贸 en la tranquila ciudad holandesa de Lunteren, pero siempre 馃挶 se sinti贸 demasiado ruidosa, diferente y curiosa en su estricta familia protestante. Ten铆a 10 a帽os cuando descubri贸 que hab铆a sido 馃挶 adoptada de Chile, lo que desencaden贸 una b煤squeda de por vida para encontrar a su familia biol贸gica.
El certificado de nacimiento 馃挶 chileno y el pasaporte de Hunze listaban su nombre holand茅s adoptivo, con los campos para sus padres biol贸gicos y el 馃挶 lugar de nacimiento deliberadamente tachados.
Los padres adoptivos holandeses de Hunze, que no pod铆an concebir biol贸gicamente, hab铆an recibido el n煤mero de 馃挶 una holandesa, Gertie Vogel, que viv铆a en Chile y les dijo que pod铆a conseguir un beb茅. Pagaron una cantidad no 馃挶 revelada por Mirjam, quien lleg贸 a 脕msterdam el 19 de octubre de 1972, tra铆da por una asistente de vuelo de 馃挶 KLM.
"Mi adopci贸n no se hizo a trav茅s de una agencia, sino de una red de individuos", dijo Hunze en el 馃挶 encantador pueblo de Giethoorn, donde ahora vive con su pareja e hijos.
Hunze es una de unos 20.000 chilenos que fueron 馃挶 adoptados en el extranjero bajo circunstancias irregulares entre los 1950 y los 1990, la mayor铆a de ellos durante los 17 馃挶 a帽os de dictadura de Augusto Pinochet.
Los beb茅s fueron trasladados a los Pa铆ses Bajos, Suecia, EE.UU., Francia y otros pa铆ses a 馃挶 trav茅s de extensas redes de sacerdotes, monjas, jueces y trabajadores sociales que explotaron los protocolos gubernamentales laxos y la demanda 馃挶 de adopciones internacionales. Se cambiaron importantes sumas de dinero en el proceso.
Durante la 煤ltima d茅cada, la aparici贸n de kits de 馃挶 pruebas de ADN autoadministrados y redes sociales en l铆nea ha llevado a cientos de adoptados chilenos a encontrar a sus 馃挶 padres biol贸gicos, descubriendo historias impactantes en las que los padres biol贸gicos fueron falsamente informados de que sus beb茅s hab铆an muerto 馃挶 al nacer, o fueron coaccionados para entregar temporalmente a sus beb茅s a trabajadores sociales, nunca volviendo a verlos.
Ahora, el presidente 馃挶 de Chile, Gabriel Boric, ha anunciado la formaci贸n de un grupo de trabajo que involucra a varias ramas del gobierno 馃挶 y a instituciones estatales para investigar las adopciones internacionales irregulares.
"La primera fase es organizar la informaci贸n que tenemos y establecer 馃挶 todos los contactos", dijo Luis Cordero Vega, ministro de justicia y derechos humanos de Chile, en una entrevista. "[Debemos] ir 馃挶 m谩s all谩 de las investigaciones judiciales y penales para perseguir la verdad. Los adoptados necesitan saber sus or铆genes."
Los esfuerzos anteriores 馃挶 de Chile para reunir a las familias han estado plagados de problemas 鈥?una iniciativa estatal de 2024 para crear 馃挶 un banco de datos gen茅ticos fue pausada indefinidamente cuando lleg贸 la pandemia. Una investigaci贸n judicial sobre irregularidades en las adopciones 馃挶 fue lanzada por el tribunal supremo chileno en 2024, pero el proceso ha estado marcado por la controversia. En abril, 馃挶 el 煤nico juez de la investigaci贸n, Jaime Balmaceda, fue despedido despu茅s de decirle a un peri贸dico que no hab铆a encontrado 馃挶 "evidencia de criminalidad". A帽adi贸 que no era un crimen que los profesionales m茅dicos enga帽aran a las madres haci茅ndoles creer que 馃挶 sus beb茅s hab铆an muerto al nacer, sino un "acto moralmente reprobable".
Los comentarios de Balmaceda provocaron indignaci贸n entre las organizaciones sociales 馃挶 de Chile, que lograron su destituci贸n en mayo. Su reemplazo, Guillermo de la Barra, asumi贸 el cargo el 1 de 馃挶 julio.
"El juez Balmaceda no consider贸 estos casos como una responsabilidad del estado", dijo Karen Alfaro, acad茅mica de la Universidad Austral 馃挶 de Valdivia que investiga las adopciones ilegales. "Muchos casos se cerraron por falta de pruebas porque los responsables hab铆an fallecido."
Balmaceda 馃挶 tambi茅n lleg贸 a la conclusi贸n controvertida de que las adopciones no estaban vinculadas a la dictadura chilena de 1973-1990, una 馃挶 afirmaci贸n que Alfaro y otros han disputado en茅rgicamente. "La dictadura chilena fue profundamente clasista. Buscaba el desarrollo econ贸mico a expensas 馃挶 de la eugenesia contra las clases bajas", dijo, y ha publicado trabajo que demuestra que la dictadura impuls贸 activamente la 馃挶 pol铆tica de adopci贸n internacional para reducir las tasas de pobreza.
Hasta ahora, solo las organizaciones civiles han trabajado para ayudar a 馃挶 reunir a las familias biol贸gicas. Cordero Vega enfatiza que los esfuerzos renovados del gobierno establecer谩n una "pol铆tica" para ayudar a 馃挶 los adoptados a encontrar sus ra铆ces "como una obligaci贸n del estado".
Aproximadamente 2.200 beb茅s chilenos fueron adoptados por padres suecos de 馃挶 1970 a 1990, y durante una visita de estado a Suecia este mes, Cordero Vega y Boric se reunieron con 馃挶 el primer ministro sueco, Ulf Kristersson, prometiendo que los dos pa铆ses trabajar铆an juntos para investigar las adopciones irregulares.
La adopci贸n de 馃挶 Viv铆 Haggren fue arreglada por la ONG sueca Adoption Centre en 1973. Sus padres adoptivos hab铆an sido presentados con Anna 馃挶 Maria Elmgren, una empleada de Adoption Centre que viv铆a en Chile.
Elmgren supervis贸 docenas de adopciones chilenas a Suecia, incluida la 馃挶 de Maria Diemar, quien encontr贸 a su madre biol贸gica chilena en 2003. La madre de Diemar le dijo a Maria 馃挶 que hab铆a sido robada al nacer y forzada a firmar un documento que no pod铆a leer.
Despu茅s de escuchar las historias 馃挶 de otros adoptados chilenos como Diemar, Haggren cuestion贸 las circunstancias de su propia adopci贸n. Sus padres suecos le dijeron que 馃挶 hab铆a sido abandonada por su madre biol贸gica en un hospital 鈥?pero Haggren encontr贸 contradicciones en su documentaci贸n.
"Todos mis papeles 馃挶 son falsos. Tengo un certificado de nacimiento fechado el 25 de mayo, con mi nombre, Viv铆 Haggren. Pero, seg煤n mis 馃挶 padres adoptivos, no fui nombrada hasta el 28 de agosto", dijo. "驴Entonces, c贸mo puede mi nombre sueco ya estar en 馃挶 los papeles fechados en mayo?"
Elmgren ahora tiene m谩s de 90 a帽os y todav铆a vive en Chile. Su abogado le dijo 馃挶 al Guardian en 2024 que las adopciones que supervis贸 cumplieron con los requisitos de la ley chilena.
Haggren espera que los 馃挶 esfuerzos renovados de Suecia y Chile finalmente proporcionen respuestas y que Elmgren sea legalmente obligada a proporcionar m谩s informaci贸n. "Ella 馃挶 es anciana ahora, pero deber铆a ser responsable", dijo.
Tanto Suecia como los Pa铆ses Bajos han detenido recientemente las adopciones internacionales despu茅s 馃挶 de que miles de adoptados de pa铆ses como Corea del Sur, Colombia, Guatemala, Sri Lanka, Banglad茅s y Etiop铆a descubrieron que 馃挶 sus documentos hab铆an sido falsificados o alterados.
En 2024, el gobierno sueco lanz贸 una investigaci贸n y tiene la intenci贸n de publicar 馃挶 los hallazgos este a帽o.
Los Pa铆ses Bajos publicaron un informe en 2024, pero los hallazgos no hicieron mucho m谩s que reconocer 馃挶 las irregularidades generalizadas en las adopciones internacionales.
Hunze dice que las autoridades holandesas se han negado a ayudarla, y su b煤squeda 馃挶 individual de respuestas ha sido obstaculizada por la desinformaci贸n. En 1998, Hunze contact贸 a Gertrudis Kuijpers, una holandesa que viv铆a 馃挶 en Chile, para encontrar a su familia biol贸gica. En dos a帽os, Kuijpers, quien se llamaba a s铆 misma monja, dijo 馃挶 que hab铆a encontrado a la familia chilena de Hunze.
Veinte a帽os despu茅s, Hunze y su familia chilena decidieron hacer una prueba 馃挶 de ADN 鈥?solo para encontrar que no eran parientes: Kuijpers los hab铆a estafado.
Docenas de adoptados chilenos han acusado a 馃挶 Kuijpers de cr铆menes que incluyen extorsi贸n y tr谩fico, que ella neg贸 enf谩ticamente antes de morir el a帽o pasado. Una investigaci贸n 馃挶 de la prensa holandesa revel贸 que Kuijpers no era una monja y hab铆a sido expulsada de varios conventos por manipulaci贸n 馃挶 y deshonestidad.
"Era una criminal", dijo Hunze, quien ahora dirige la organizaci贸n holandesa Chilean Adoptees. Hunze dice que Kuijpers pertenec铆a a 馃挶 una red grande, con muchos culpables a煤n vivos, viviendo en los Pa铆ses Bajos.
Espera que los esfuerzos estatales chilenos den respuestas 馃挶 y presionen al gobierno holand茅s para actuar 鈥?r谩pido. "Las v铆ctimas holandesas quieren dar testimonio", dijo. "Hay una red criminal 馃挶 que sabe lo que pas贸, y tantos ya se han ido, o est谩n muertos."
